miércoles, 23 de diciembre de 2009

La Zona Muerta

Habla Gersón Beltrán en su último post del Tsunami 2.0. Me parece tremendamente acertada esta analogía, que también utiliza a menudo Antonio Gutiérrez Rubí, con quien tuve el honor de compartir escenario el pasado mes de noviembre durante la XI Jornada AUSAPE.

Ahora bien, los que nos declaramos convencedores digitales tenemos una "zona muerta" al estilo de la fantástica novela de Stephen King, que David Cronenberg llevó a la pantalla de la mano de Cristopher Walken.

El protagonista de la película es un hombre que, tras recuperarse después de pasar varios años en coma, descubre que ha adquirido un cierto poder que le permite comprender algunos asuntos pasados y futuros, hasta el punto en que todas sus acciones están condicionadas por este conocimiento. La paradoja se produce cuando, al actuar de forma condicionada, llega un momento en el que ya no sabe si el futuro que ocurre es natural o quizá el que él mismo provoca. Ésa es su "zona muerta".

Y es que hablar del tsunami crea tsunami. Cuanto más hablamos de la ola, de que la tenemos encima, y de que tanto personas como empresas están entrando (y no precisamente de forma paulatina), más provocamos que otras personas y empresas sientan presión por entrar. "Aunque sólo sea por conocer lo que se dice de ti o de tu empresa". "Las relaciones están tomando nuevas formas y mecanismos y no te puedes quedar fuera". "El tsunami te pasará por encima mientras le haces la foto". Todo esto (y más) les decimos. Buf. Y encima creemos que tenemos razón: en mi caso, desde Competencias 2.0 intento que lo hagan de la forma más agradable y productiva posible, así que asumo de forma tácita que ofreciendo pistas sobre cómo surfear el tsunami estoy haciendo "una gran labor social" (permitidme la broma)...

En la Red (en Twitter, por ejemplo) se critica abiertamente a los que venden dospuntocerismo sin "mojarse", pero mi sensación es que muchos de los que critican también lo hacen para asegurarse una posición de prestigio o privilegio que no les libra de sospecha. Tengo muy claro que en cuanto empiece a haber clientes descontentos, por poner un ejemplo, con el resultado de su posicionamiento en redes sociales, ésta va a ser la brecha por donde nos van a caer las primeras tortas, porque claro, estamos fabricando una "Burbuja 2.0", y tal...

Pero también tenemos que dejar muy claro que no todo el mundo va a cumplir los objetivos previstos (naturalmente, como ocurre con cualquier actividad humana), en algunos casos porque se cometa algún error pero en otros muchos porque hay demasiada gente dotada con imaginación casi infinita.

Creo que el gran reto con que debemos afrontar el año que se nos echa encima es precisamente trabajar muy seriamente para minimizar la "zona muerta": avanzar con paso firme pero procurando siempre resultados positivos y medibles, y usando hasta la saciedad el sentido común. Bien mirado, tampoco es tan malo que nos acusen de estar construyendo un futuro que creemos mejor.

Imagen de la película tomada de http://www.imdb.com

5 comentarios:

  1. Hola, Jaime.

    Me parece muy adecuada, al igual que a tí, la analogía del tsunami, parece que todo está en calma, que simplemente hay un ligero oleaje, y cuando nos queramos dar cuenta,el que se haya negado a "actualizarse" o a incorporarse a esta nueva ola (por seguir el símil marítimo) le va a costar mucho más.

    Por eso resulta muy interesante esa labor de "convencedor digital" en la que te aplicas.

    En cuanto a lo que refleja la película el libro que comentas, que desconocía, parece el típico caso de profecía autocumplida. Al final, de tanto repetirlo y a través de un avance constante, se hará realidad, y nadie sabrá como ha sido (es broma).

    Un abrazo, y felices fiestas.
    Pablo Rodríguez

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  2. Hola Jaime:

    Gracias por la referencia. Tienes razón en lo que planteas pero realmente creo que es más sencillo, más darwinista si me apuras: naturalmente que se puede hablar de una burbuja y de cierta decepción en torno al 2.0. (que creo que ya se está dando) pero al final, como en el mundo real, el mercado se impone y todos aquellos farsantes y oportunistas caerán por su propio peso. Si un cree en lo que dice con el corazón, se forma y actúa con la cabeza y ofrece honestidad y profesionalidad no tiene porqué preocuparse, tendrá el mismo reconocimiento en la red que en el mundo físico. Como todo, es cuestión de equilibrio, ni mucho ni poco,justo el término medio. Al fin y al cabo, tal y como se dice, lo importante no es el final del camino sino el propio camino y encima yo me estoy encontrando gente increíble en este camino, sólo por eso ya vale la pena. Un abrazo.

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  3. @Pablo, @Gersón,

    Me gustan especialmente las paradojas en el tiempo. Quizá la que me parece más interesante es El Fin de la Eternidad, de Asimov, y también Los Doce Monos. Pero ésta no les va muy a la zaga.

    Efectivamente nadie sabrá cómo ha sido, y personalmente creo que cambiará el mundo a mejor. En el camino lo único que me parece imprescindible es hacer total abuso de la talentocracia, como bien comenta Gersón hay por ahí gente magnífica a quien tenemos que aprovechar por el bien común. A menudo pienso en la Ilustración como la época en la que nos debemos mirar. Algún día escribiré un post sobre ello!

    Muchísimas gracias por pasaros a comentar y un abrazo,

    Jaime

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  4. Hola, Jaime:

    Me gusta lo de la Burbuja 2.0. Aunque quizás había pensado en ello, el nombre hace más sólido al pensamiento.

    Al final, el 2.0 tiene que ser un escenario para toda la fauna humana, y aquí entra tanto lo mejor como "la hoguera de las vanidades". Y creo que estas vanidades son lo único que hay de Burbuja. El resto me sigue pareciendo una oportunidad de hacer mejor el mundo en que vivimos... y también de hacer mejores empresas.

    Espero que el 2010 vaya al menos como esperas. ¡Feliz Navidad y un fuerte abrazo!

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  5. Hola Alberto,

    Es que sin mejores empresas el mundo no será mucho mejor. Si para algo es buena la transparencia 2.0 es para acercar la ética a la política, los negocios, la economía... nos queda curro, ¿eh? :-)

    Muchísimas gracias por pasarte a comentar y un abrazo,

    Jaime

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