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En la respuesta al comentario realizado por
Ramón Albiol en mi entrada anterior comparaba Twitter con un bar de barrio, uno de esos en los que no tienes que
quedar con nadie para
encontrarte con alguien.
De hecho, cada vez me recuerda más a
Cheers,
"Where everybody knows your name" (qué buenos recuerdos, ¿verdad?) De hecho, en este bar llamado Twitter pueden llegar a conocerte sabiendo muy poco más que tu nombre. Cada uno tiene/asume su papel (de esto hablaremos en una próxima entrada), y la conversación gira alrededor de mil temas interesantes, desde
el nuevo teléfono de un amigo, pasando por la magnífica iniciativa de un grupo de hoteles que ofrecen
WiFi y café gratis a los usuarios de Twitter y Facebook, hasta un animado debate sobre la conveniencia de implantar
jornada continua todo el año. Y el magnífico
papel de Contador en el Tour. Y miles de posts, enlaces, fotos, noticias, acuerdos, discrepancias y muchas, muchas sonrisas. Cada vez que me despido con un TULA (
"Tweet U Later, Amic", extraña pero simpática convención) recuerdo cómo todos coreaban el nombre de Norm cada vez que entraba en el bar.
Algunos amigos me han preguntado: Y Facebook, ¿a qué lo comparas? Y he encontrado un símil que me resulta muy simpático: registrarse en Facebook es como
ir la playa. Algunos van solos, pero por lo general se va con familia o amigos. Cada uno decide cómo se viste (y cuánto enseña): a algunos les gustan los bañadores pequeños y ceñidos, a otros las bermudas. Algunos quieren conocer gente nueva, a otros no les hace ninguna falta. Algunos necesitan protección contra el sol, y otros no. Hay chiringuitos donde se pueden comprar cosas útiles, y muchas otras no tan útiles. Algunos sólo nadan o pasean, pero tienen a su disposición muchos juegos para compartir. Incluso pueden abrir
galletitas de la suerte, el no va más.
En ambos casos hay dos factores muy a tener en cuenta: por un lado, lo que haces está a la vista de los demás, salvo que tú decidas lo contrario (o sea, si vas a cambiarte de bañador y no quieres que te vean, tienes que taparte). Y por otro que, si no te controlas,
se te pasa el día.
Algunas personas prefieren bajar al bar, otras prefieren ir a la playa, y claro, también están los que se deciden quedarse en casa. Me gustaría que estos últimos dejaran aquí su opinión, pero tengo entendido que por lo general tampoco leen blogs. Una lástima.