domingo, 10 de julio de 2011

¿Quién da +?


Estamos viviendo tiempo fascinantes. Mientras una parte de la población mundial tiene exactamente los mismos problemas que hace cien o doscientos años, una gran mayoría está viviendo la transición hacia una nueva forma de entender las relaciones sociales y profesionales de forma global, gracias a la tecnología. Es un cambio de enorme magnitud y profundidad, y encima avanza a un ritmo vertiginoso.
En poquísimos meses (no merece la pena hablar de años) hemos aprendido a buscar en la red con Google, hemos visto nacer a Facebook (que ya ha alcanzado los 750 millones de cuentas), hemos conocido a un bicho raro llamado Twitter, nos hemos apuntado a redes profesionales como Linkedin, y a partir de ahora nos tendremos que adaptar (la tendencia es imparable) al Cloud Computing, la movilidad, la geolocalización, la realidad aumentada... y todo ello empaquetado en forma de “apps” que se descargan en el móvil sin ningún esfuerzo. En tan sólo unos días, Microsoft ha adquirido Skype, y Google ha lanzado su propia red social (en principio sólo bajo invitación, casi en forma de experimento). 



Google+ supone un antes y un después, porque se muestra como una alternativa real al gigante de las redes sociales, Facebook. Cuando Google lanzó Wave y Buzz hace un par de años ya se les vislumbraba un potencial extraordinario, pero quizá murieron precisamente porque salieron al mercado antes de que el mercado estuviera preparado para absorber su gran complejidad conceptual. Aquí no hay más remedio que hablar de Twitter, ya que gracias a su simplicidad de manejo, ha roto la reticencia de las personas hacia la comunicación constante e inmediata con múltiples receptores simultáneos.

Pero las bases ya estaban sentadas, y así Google+ se integra de forma natural con el mail, el chat, el videochat, los contactos y grupos, las fotos de Picasa, las valoraciones +1... muchos productos de Google a los que una gran cantidad de usuarios ya estamos acostumbrados. La gestión de los “círculos” (equivalentes a las listas o grupos de amigos, pero con un interfaz excelente) ayuda a publicar contenidos sólo para aquellas personas que nos interesan en cada caso, permitiéndonos publicar todo nuestro contenido desde un único nodo. Es una herramienta realmente potente, a la que ya estoy agregando todos mis contactos. Y la prueba de su relevancia ha sido el anuncio por parte de Facebook de la incorporación de videochat (una funcionalidad que ya ofrecía Google Talk) gracias a un acuerdo con Skype, como demostración de “poderío”.

¿Y si todos nuestros contactos migran de Facebook a Google+? Aparte de las consecuencias para las empresas con presencia en Facebook (menudo estrés), a título personal conviene recordar que la corriente de fondo es muy fuerte, y que no importa la tecnología sino el uso que las personas hacemos de ella. Por ejemplo, dominar la gestión de contactos virtuales es incomparablemente más valioso que conocer a fondo una determinada red social. Una actitud abierta y proactiva hacia la tecnología nos libera de la(s) herramienta(s) que finalmente decidamos utilizar.