lunes, 25 de mayo de 2009

Tiempos de Incertidumbre

{{Potd/2005-09-15 (en)}}

Image via Wikipedia

Es posible que todavía haya personas que no perciban que está ocurriendo un gran cambio delante de nuestros ojos. Parafraseando a Antonio Gutiérrez-Rubí, aún hay gente haciendo fotos al tsunami: "¡Anda, mira qué ola más grande, voy a hacerle una foto"... y ¡schump!, pasó por encima. Adiós.

Con la deriva ecológica y más recientemente con la crisis económica han emergido multitud de teorías catastrofistas (ojo, no por ello exentas de fundamento o de razonamiento coherente). Sólo por citar algunas nombraremos las siguientes:
¡Uf...! Como quiera que si hago cuentas de mi suerte pasada, estoy sí o sí entre el 50% que no sobrevive, descarto conscientemente las teorías catastrofistas, pero no puedo evitar pensar que realmente no estamos viviendo una época de cambio, sino un cambio de época; y que Web 2.0 es el tsunami.

Me siento mucho más atraído por la teoría del sociólogo Josep Burcet. En su libro El Agujero Blanco (prologado por el gran Alfons Cornella - gracias a Marc Cortés por la entrevista) Burcet defiende que todo gran cambio en la escala de las comunicaciones trae consigo una revolución de grandes proporciones. Así ha ocurrido con las sucesivas apariciones del lenguaje, la escritura o la imprenta. Y así está ocurriendo con la irrupción de Internet y el enorme volumen de comunicación que genera, que culminará con la formación de lo que él denomina el Agujero Blanco, una realidad inmaterial formada por la acumulación extrema de comunicación en la Tierra y cuyos efectos sobre la evolución de la Vida obligan a redescribir el concepto de progreso. Un aspecto interesante de esta teoría es que es muy anterior a lo que ahora llamamos Web 2.0.

Ángel Puerta, psicólogo del Grupo Luria y buen amigo, describe perfectamente cómo la crisis ataca la salud y la confianza de los directivos: 'Cuando un barco hace aguas el patrón se siente indefenso, y es lógico que afloren sentimientos de pérdida: pena, tristeza, vergüenza y envidia'. Decía Emanuel Kant (un hombre ineludiblemente asociado a Web 2.0... ¿verdad?) que 'un hombre es tanto más inteligente cuantas más incertidumbres es capaz de soportar'.
No me planteo como objetivo augurar el cambio, ni evangelizar sobre las supuestas bondades o maldades del mismo; sino preparar a personas y organizaciones en las competencias clave que permitan surfear el tsunami. Y la Gestión de la Incertidumbre se revela como una de las Competencias 2.0 más importantes.





jueves, 21 de mayo de 2009

Medir la divulgación de Web 2.0 (parte II)

Making Friends - Marketing CartoonImage by HubSpot via Flickr

Como continuación a la entrada titulada "Medir la divulgación de Web 2.0", he publicado en LinkedIn la siguiente encuesta: ¿Estás preparado para guiar a los jóvenes en su presencia en Medios Sociales? (la pregunta está en inglés, ya que el programa de encuestas aún no soporta otros idiomas).

Uno de los problemas más habituales con que nos encontramos a la hora de abordar las Redes Sociales es que, desde el punto de vista técnico, los jóvenes tienen un desparpajo extraordinario en el manejo de estas nuevas herramientas, como Facebook, Twitter o Tuenti. Pero, ¿tienen el mismo nivel de control sobre sus datos personales, el contenido que publican, o el tiempo que dedican? Y lo que es más importante, los que ya tenemos algo más de edad, ¿podemos ayudar de alguna forma a nuestros jóvenes en esta tarea?

Por lo general, los de la generación Gutenberg (es decir, los que aún leemos por placer libros y periódicos de papel... he descubierto recientemente esta nomenclatura, y me encanta) no tenemos información, ejemplos, o referencias anteriores para llevarla a cabo. Y sin embargo nuestros jóvenes ya se pasan el día chateando y, si aún no están registrados en alguna red social, lo están pidiendo a gritos, porque ya lo están sus amigos. Mi hija tiene cuenta en Stardoll desde los once años.

Será interesante comprobar las respuestas de un grupo de adultos y usuarios de una Red Social, como LinkedIn. Por cierto, si tienes cuenta en LinkedIn te invito a conectarte conmigo consultando mi perfil.


Reblog this post [with Zemanta]

lunes, 18 de mayo de 2009

Conexión, sí; pero de Calidad.

Siempre pongo 'Iniciativa' como primera en lista de las Competencias 2.0, porque el fenómeno 2.0 está basado en la participación, la conversación. Lo primero es empezar a probar a "hacer cosas". Start small, start now.

La segunda Competencia es 'Conexión'. En cuanto uno empieza a "hacer cosas" se da cuenta de que necesita contactos.

Tanto si uno quiere que otros sepan lo que uno hace, como si por el contrario quiere obtener información o aprender de otros, necesita de esos 'otros'. Y para gestionar buenos contactos no es necesario ser especialmente extrovertido o simpático, sólo hay que tener las ideas claras. Conectarse, sí; la clave es discernir cómo, y con quién. 

Antes que tener que arrepentirnos de haber aceptado todas las invitaciones de amigos de los amigos de nuestros amigos, la decisión de conectarse debe ser totalmente consciente. Para desarrollar esta Competencia hay una serie de factores a tener en cuenta:
  • ¿Quiero contar cosas, o que me las cuenten? Posiblemente no precise registrarme en una red social, y sin embargo conseguir seguidores mediante un blog, o Twitter, sea más adecuado para mis intereses.
  • ¿Contactos personales, o profesionales? Cada red tiene su propia tipología: las hay generalistas como Facebook o LinkedIn y también Comunidades profesionales, como Hosteltur.
  • ¿Gente conocida, o gente nueva? Las redes sociales son un medio estupendo para encontrar viejos conocidos que han mudado de país, o compañeros de estudios a los que hace años que no vemos... y también para contactar con personas desconocidas pero interesantes por medio de presentaciones, invitaciones, etc. O para ligar, claro.
  • ¿Con gente de mi misma capacidad de decisión? Si quiero vender, posiblemente tenga que apuntar más alto.
  • ¿De mi mismo sector? Si quiero innovar, posiblemente me resulte interesante intercambiar experiencias con gente de otros sectores.
  • ¿De mi mismo país? En España estamos perdiendo muchas oportunidades de establecer vínculos con Latinoamérica, a veces no somos conscientes de que cuesta exactamente lo mismo encontrar talento a raudales al otro lado del mar.
  • ¿Cuántos contactos? Tener un millón de seguidores en Twitter puede ser divertido para alguien que no tiene otra cosa que hacer, pero dudo mucho de la posibilidad  de mantener conversaciones bidireccionales reales con más de un par de cientos, a no ser que realmente te propongas vivir de ello.
  • ¿Con qué frecuencia? Es interesante confeccionar un plan de mantenimiento que nos permita dedicar a cada contacto la atención que precisa, que suele ser distinta en cada caso.
El pasado viernes disfruté una extraordinaria experiencia de networking offline y online. Todo empezó el jueves por la noche, en una reunión de ex alumnos del Instituto de Empresa en Mallorca, que gestiona Víctor Rodríguez Ardura de Spirit, en la que me presentaron a Eugenia Cusí, consultora freelance de RRHH. Al día siguiente me reencontré con ella en la Cámara de Comercio de Palma para asistir a la más que interesante conferencia de Antoni Gutiérrez-Rubí con motivo del Día de Internet (llegué tarde, pero gracias a la Internet, se puede seguir su intervención completa aquí). Durante el aperitivo posterior a la conferencia, Eugenia me presentó a Rafael Goberna, de Mediterráneo Consultores, que modera un foro abierto de profesionales de RRHH en Mallorca que yo desconocía y que casualmente se reunía el viernes a comer. Total, que terminé compartiendo mesa y mantel con cerca de veinte personas nuevas para mí, todas ellas con algo interesante que contar y ávidas de escuchar. Esta magnífica experiencia personal terminó con la creación de un grupo en Facebook este mismo fin de semana, y ya estamos conectados. ¡Bravo!

Una teoría muy interesante especula con el día en que el número de conexiones entre personas se equipare al número de conexiones neuronales en el cerebro humano (en torno a diez elevado a quince, o sea, 1.000.000.000.000.000). ¿Asistiremos al nacimiento de alguna clase de 'Cerebro Universal'? Esto ya es otra historia...




jueves, 14 de mayo de 2009

Medir la divulgación de Web 2.0

A tag cloud with terms related to Web 2.

Imagen vía Wiipedia

A veces tengo la sensación de que los que nos dedicamos a divulgar Web 2.0 somos una especie de Ilustrados con tendencias evangélicas, empeñados en contarle al Mundo entero (y a toda costa) nuestra verdad sobre el advenimiento de un Tiempo Nuevo.

Aún somos una minoría, y como comenta Andrés Pérez en su blog, "empiezan a repetirse las mismas caras en todos los sitios", pero se trata de una minoría muy convencida de que todo esto que llamamos Web 2.0 realmente puede ayudar a comunicarse mejor, a desenvolverse mejor, a colaborar. La Tecnología al servicio de las Personas, el logro deseado. Viendo el número de usuarios que se añaden cada día a Facebook, a Twitter, o a Youtube, parece que efectivamente el virus va contagiando a toda la población, aunque sea de una manera inconsciente.

Y es contra esa inconsciencia contra la que quiero luchar. Por ejemplo, muchos jóvenes se están introduciendo "a pelo" en el mundo 2.0 de una forma totalmente transparente, sin saber calibrar previamente qué consecuencias (en forma de análisis de riesgos y beneficios) derivan de cada nivel de transparencia determinado.

Por ello me he propuesto investigar cuál es el grado de conocimiento general sobre conceptos básicos de Web 2.0, qué imagen se tiene de las Redes Sociales, cuáles son las tendencias que se perciben desde fuera de los ámbitos especializados y cuáles deberían ser las líneas de actuación para prepararnos ante estas tendencias. En definitiva, medir el grado de divulgación de Web 2.0. El resultado es el siguiente Autodiagnóstico 2.0, un cuestionario de diez preguntas y cuatro datos demográficos (no solicita ningún dato personal ni guarda trazas), que se cumplimenta en menos de cuatro minutos. 

Invito a los lectores a rellenar el Autodiagnóstico y hacerlo llegar a sus contactos, "dosceristas" o no, con el objetivo de publicar un estudio pormenorizado con todas las respuestas obtenidas durante el mes de mayo de 2009. Muchas gracias por adelantado.


martes, 12 de mayo de 2009

Once duras reglas

Microsoft Corporation - 1978Image by Brajeshwar via Flickr

Como respuesta a mi entrada "Los dos retos de RRHH ante Web 2.0" me ha llegado este e-mail con once reglas atribuidas a Bill Gates en una conferencia en la Universidad de Yale, ante una audiencia formada por estudiantes y padres de familia.

(Corrección: parece que  este discurso de Bill Gates se trata de una leyenda urbana, y que estas once reglas fueron redactadas originalmente por Charles Sykes, conocido por su libro "Dumbing down our Kids", como se puede ver aquí - gracias, Jeroen).

Cualquiera que me conozca sabe que no soy precisamente "pro-Microsoft", pero es evidente que Gates tiene genio y talento como para pararse a escucharle. Desde luego este mensaje es demoledor; propongo que se exhiba en todas las aulas de todas las escuelas y universidades del mundo... Ahí va:

Regla Uno. La vida no es justa. Acostúmbrate a ello.

Regla Dos. Al mundo no le importa tu autoestima.  El mundo solo espera que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.

Regla Tres. No ganarás 5.000 dólares mensuales justo después de haber salido de la universidad, y no serás vicepresidente hasta que con tu esfuerzo te hayas ganado ambos logros.

Regla Cuatro. Si piensas que tu profesor es duro, espera a tener un jefe.  Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida.

Regla Cinco. Dedicarse a voltear hamburguesas no te hace perder dignidad. Tus abuelos lo llamarían “Oportunidad”.

Regla Seis. Si metes la pata no es culpa de tus padres, así que no lloriquees por tus errores; aprende de ellos.

Regla Siete (para mí, la mejor). Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos. Empezaron a serlo al pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y cuidarte. Así que antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación.

Regla Ocho. En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En las escuelas te dan las oportunidades que necesitas para encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y para que tus tareas sean cada vez más fáciles, incluso regalándote algún año “extra”.  En la vida real cada oportunidad te pasa factura.

Regla Nueve. La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos, y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo.  Todo esto tendrás que hacerlo en tu tiempo libre, que será muy poco.

Regla Diez. La televisión, el cine y los videojuegos no son la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café de la película para irse a trabajar.

Regla Once. Sé amable con los “Empollones”. Existen muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos.

Creo que estas reglas pueden ayudar a abrir los ojos de la Generación Y, que es cierto que anda un poco por las nubes (con honrosísimas excepciones, evidentemente). Son una buena guía para hacerles entender en qué consiste el trabajo (que si lo pagan, por algo será...)

Por cierto, por si no habían visto antes la foto, es el equipo de Microsoft en los inicios. Localicen a Gates...

Reblog this post [with Zemanta]

lunes, 4 de mayo de 2009

El nivel de Transparencia en la Red

Cada persona es un mundo, así que no creo que se pueda definir un estándar óptimo de Transparencia en la Red. Cada uno se siente más o menos cómodo con un nivel diferente. Naturalmente, cuanta más Transparencia, más exposición - para lo bueno y para lo malo - y, como todo en la vida, hay gente pa tó: hay a quien el puenting le compensa, y hay quien ha dejado de cruzar puentes por si acaso hay algún loco con cuerdas cerca. Hay quien va cómodo desnudo por la calle, y hay quien se siente incómodo al ver a otras personas desnudas en la playa. Es lo normal, y los dos extremos pueden ser igual de felices. Esta situación es idéntica en la vida offline y en la Red.

En mi caso, me siento bastante cómodo contando cosas de mí, así que siempre que me registro en algún sitio nuevo relleno mi perfil completo y con datos veraces. Claro que también he tenido alguna mala experiencia por ser tan claro, pero por cada persona que me ha hecho sentir mal he ganado diez buenos amigos que han agradecido la sinceridad. Así que a mí, al menos de momento, me compensa. Pero desde luego no se puede generalizar.

El nivel óptimo de Transparencia en la Red depende de dos factores:
  • La propia personalidad, y
  • Los objetivos que se persiguen.
No sé en qué medida hay margen de maniobra para moldear la propia personalidad, pero lo que sí está absolutamente en nuestras manos es conocer nuestros objetivos.

¿Para qué me quiero conectar a esta determinada Red Social o a esta otra Comunidad Virtual? ¿Para qué quiero tener un blog? ¿Es por motivos profesionales, o personales? ¿Para qué voy a tuitear? ¿Quiero establecer vínculos online con gente ya conocida, o quiero conocer gente nueva? ¿Necesito conectarme con profesionales de mi mismo sector, o debo abrirme a otros para encontrar formas diferentes de pensar? ¿Quiero conectarme con gente de mi mismo país, o quiero establecer vínculos en el extranjero? ¿Quiero comprar, o quiero vender?

Las respuestas a éstas y muchas otras preguntas conforman hasta qué punto debemos contar de nosotros mismos en la Red, para evitar llegar a sentirnos incómodos. Es muy bueno hacer este ejercicio, porque el desconocimiento genera miedo, y el miedo es poderoso.

Con quien sí debemos garantizar absoluta Transparencia es con nosotros mismos. Lo contrario es hacerse trampas al solitario, y la Red no sólo puede hacer perder mucho tiempo, sino que también puede dar disgustos. Como el puenting.