viernes, 26 de junio de 2009

Estrategia 2.0 y Familia

Invisible Man Sculpture, Harlem, NYImage by Tony the Misfit via Flickr

Ya hay medio millón de usuarios activos de Tuenti en España, y seis millones de usuarios de Facebook, de los cuales más de un 36% tienen entre 15 (o menos... aún no se puede garantizar totalmente la edad de los usuarios que se registran) y 24 años. Y no sólo participan en redes sociales; la hiperconexión llega también hasta los móviles multimedia y el chat.

Muchos padres me han comentado que tienen una cuenta en Facebook exclusivamente para conocer qué hacen sus hijos. No es una mala idea, pero desmonto este argumento explicándoles la posibilidad que tienen éstos de abrir una segunda identidad digital, complementaria y totalmente opaca... para sus padres, porque la intimidad está desplazándose desde la familia hacia la tribu. Sin embargo, esa actitud laxa que muchos de nuestros jóvenes muestran hacia la Red tampoco es absolutamente buena, porque la Red tiene sus riesgos. Esto no sólo ocurre en las Redes Sociales: cualquier comentario en un blog, cualquier vídeo subido a YouTube nos está posicionando, queramos o no, de forma prácticamente indeleble.

En la vida Onlive (me gusta más este término que Offline), más o menos tenemos referencias sobre las que educar a nuestros hijos (aunque a estas edades a ellos les parezcan, por lo general, caducas). Pero en todo lo que tiene que ver con Web 2.0, ¿qué podemos hacer los padres? Salvo honrosas excepciones, no tenemos referencias ni experiencias previas, y como el desconocimiento genera miedo (y ya se encargan los medios de comunicación de airear los casos más extremos), la postura más común es de rechazo a todo lo que tiene que ver con Internet, y eso tampoco es bueno ni lógico, ya que la tendencia parece que seguirá esta vía.

Como decía más arriba, no está mal que los padres intentemos conocer las herramientas y las técnicas de Web 2.0. A partir de ahí, nuestra principal aportación es casi metodológica: ayudarles a escribir su Plan de Presencia en la Red, una tarea tan difícil como intentar describir su plan de presencia en la calle, que así dicho es algo que generalmente no están muy dispuestos a compartir: ¿Con quién te planteas contactar en Facebook. con amigos que ya tienes, o quieres conocer gente nueva? ¿Qué tal la posibilidad de intercambiar conocimientos con estudiantes de otros países? El tiempo que vas a dedicar a estas tareas, ¿será tiempo de ocio, o tendrá que mezclarse con tiempo de trabajo / estudio? Porque, en este caso, ¿cómo piensas hacerlo más productivo? ¿Cuánta información te planteas subir a internet? ¿Qué criterios piensas utilizar para saber si la información que subes te puede poner en riesgo o no? ¿Cómo piensas procurarte en la Red el mismo nivel de seguridad que te procuras en la calle? ¿Qué fuentes de información piensas utilizar?
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miércoles, 3 de junio de 2009

Bajar al barro en Gestión por Competencias

Mud Drying Over a Rock Creates a Fractal PatternImage by pictoscribe via Flickr

"Competencias son el conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas que, alcanzados en cierto grado, permiten el desempeño excelente de una tarea (un puesto de trabajo, por ejemplo) dentro de un contexto determinado."
La Gestión por Competencias nació allá por los años 60 (aunque algunos fechan la primera cita textual de McClelland en 1973), y desde entonces su prestigio en las empresas ha pasado por distintas fases, desde 'panacea' hasta 'humo' pasando por todos los estadios intermedios. Incluso hoy se aprecia de forma diferente en función de la zona geográfica, y en España parece estar bastante peor valorada que en Latinoamérica, por ejemplo.

¿Qué factores han afectado al prestigio de la Gestión por Competencias? Y si ha perdido prestigio, ¿por qué sigue siendo útil, a pesar de todo?

Cada organización tiene su propia alma, y uno de los aspectos más relevantes de la tarea de Dirección de Personas es trasladar los valores del alma de la empresa a todos y cada uno de sus integrantes. Una correcta definición de las Competencias ideales para cada uno de los perfiles de la organización es la correa de transmisión idónea para aunar las acciones de cada individuo en pro de la estrategia corporativa común.

Este enunciado (tan elocuente) asume, de entrada, que a) hay una estrategia definida y descrita, y b) tanto los integrantes de la empresa como los responsables de Dirección de Personas (o, como mínimo, estos últimos) la conocen; y, por desgracia, ninguno de esos dos factores está garantizado en un gran número de empresas. Por otro lado, para evaluar si las acciones concretas de cada individuo están alineadas (y en qué grado) con la estrategia común es preciso definir una serie de parámetros de medición, en forma de comportamientos observables que puedan ser evaluados por un observador imparcial.

Y es aquí donde se mete la pata en la mayoría de los casos. Es cierto que no es una tarea nada sencilla, pero es imprescindible. Tomemos por ejemplo una definición (real como la vida misma) de niveles de una Competencia tradicional muy conocida, Trabajo en Equipo:

NIVEL 1. No tiene buena comunicación con jefes y colaboradores
NIVEL 2. Tiene comunicación y contribuye con jefes y colaboradores. Tiene visión de trabajo en equipo y lo promueve. Motiva a los demás y reconoce sus méritos.

¿Cómo se evalúa 'Tiene visión de trabajo en equipo...'? Con un criterio tan abierto, dos observadores distintos podrían evaluar el desempeño de una misma persona de formas radicalmente opuestas; y lo que es peor, con un criterio tan abierto, un mismo evaluador podría evaluar de forma diferente a dos personas con un desempeño similar. Lo mismo ocurre con el resto de sentencias del ejemplo.

Cuando las Competencias se definen de esta forma transmiten arbitrariedad, y provocan que la labor del evaluador (en muchos casos, el responsable inmediato superior) pierda todo su valor. Si al final las decisiones se toman subjetivamente, es decir, tal y como se hacía antes de implantar la Gestión por Competencias, ¿para qué invertir en ello, entonces? Esta es la conclusión a la que han llegado muchas (muchísimas) empresas, pero normalmente después de haberse gastado auténticas fortunas. Como para no perder prestigio.

La forma de proceder correcta es lo que en el argot se llama 'bajar al barro', es decir, investigar más (y más, y más): por ejemplo, ¿en qué consiste 'tener una buena comunicación con jefes y colaboradores'? ¿Podría ser (simplificando mucho) hablar al menos una vez al día con el jefe del equipo, o enviarle un e-mail si no está disponible? Pues eso ya es medible.

Por otro lado, criterios como 'No tiene buena comunicación' son tremendamente generales, valen igual para una multinacional que para una panadería de barrio. Sin embargo, definir los detalles es esencial: ¿qué comportamientos consideramos que hacen 'buena' una comunicación en esta empresa? Hay que preguntar tantas veces como sea necesario, porque son esos pequeños detalles los que permiten que las Competencias reflejen esa 'alma' que precisamente hace que esta empresa sea diferente a todas las demás. Al evaluar las Competencias de esta forma el desempeño sí queda alineado con la estrategia de la empresa, es decir, se garantiza la correlación entre el desempeño individual y su aportación al éxito del grupo.

En las Competencias 2.0 ocurre exactamente lo mismo. La definición del logro no es ni mucho menos evidente, pero siempre se puede 'bajar al barro'. Por ejemplo, 'Tener una estrategia de conexión' puede transformarse en algo parecido a "Expresar por escrito tres criterios diferentes para conectar con un mínimo de veinte profesionales de su mismo sector de al menos tres países distintos en el plazo de un mes". Este ejemplo puede parecer puntilloso pero, fundamentalmente, es medible. Y totalmente personal.

martes, 2 de junio de 2009

Resultados de Mayo - Autodiagnóstico 2.0

A principios de mayo publiqué en el blog "Competencias 2.0" y en la web http://www.competencias20.com el cuestionario "Autodiagnóstico 2.0", una breve consulta para conocer en qué medida 'la gente' (y no sólo los dosceristas) sabe qué es Web 2.0, qué opinión le merecen aplicaciones 2.0 como las Redes Sociales y también qué tendencias consideran más probables en un futuro cercano.

Web showing various insects caught withinImage via Wikipedia


A continuación detallo los resultados obtenidos a partir de las respuestas recibidas durante el mes de mayo de 2009:

* Un 83% los encuestados afirman haber leído o escuchado la expresión "Web 2.0", pero sólo un 58% sabría explicar en qué consiste la evolución de Internet.

* A pesar de ello, un 62% participa de forma habitual en aplicaciones Web 2.0, y un 74% identifica personas cercanas (en su empresa o su familia) que usan habitualmente este tipo de aplicaciones para subir contenido a la Web.

* El 76% tiene una buena imagen de las aplicaciones 2.0, como las Redes Sociales (a pesar de la información que aparece en los medios), y un 77% considera que pueden ser de utilidad para las empresas.

* Del total de encuestados un 82% piensa que los jóvenes no saben identificar riesgos y beneficios a la hora de subir información a la Red, y un 86% piensa lo mismo de los no-tan-jóvenes (este porcentaje sube hasta el 92% entre los encuestados mayores de 36 años). Sin embargo, el 95% (98% entre mayores de 35 años) considera que aumentará la tendencia de los usuarios a subir datos a la Red.

* Cruzando algunos datos interesantes, el 56% los mayores de 35 años con estudios superiores (éstos representan el 48,7% de las respuestas) utiliza alguna aplicación 2.0, pero este porcentaje sube hasta el 75,5% entre los menores de 36 años con estudios superiores (que a su vez representan el 34,4% del total de respuestas).

Resumiendo, como era de esperar muchos internautas ya usan aplicaciones 2.0 sin necesidad de conocer los conceptos, lo cual viene a confirmar la utilidad eminentemente práctica de Web 2.0 que explica su adopción masiva.

Pero el dato que más me ha llamado la atención es que los propios usuarios resaltan una preparación insuficiente a la hora de identificar riesgos y beneficios para subir contenidos a la Red, datos especialmente preocupante al combinarlo con la tendencia creciente en el uso de aplicaciones Web 2.0 (también a nivel de empresa).

Mi conclusión es que los que estamos inmersos en el Universo Web 2.0 hacemos muy bien en divulgar Web 2.0, pero además tenemos la obligación de formar a los usuarios no tanto en el uso correcto de las aplicaciones (porque éstas ya son autoexplicativas en la mayoría de los casos) como a la hora de desenvolverse sin sobresaltos en la Red. Por poner un símil sencillo, hay que enseñarles tanto a conducir como a conducirse, lo cual redundará además en un uso más racional de los recursos.

Durante el mes de mayo de 2009 se han registrado 154 respuestas. Por si aún no ha participado o quiere invitar a sus contactos el Autodiagnóstico 2.0 sigue aceptando respuestas.