Comando Actualidad |
Una de las Competencias 2.0 es la Gestión de la Incertidumbre. Y es que para muchas personas la incertidumbre es una carga muy pesada, porque en general no estamos preparados para asumir riesgos. Preferimos lo "malo conocido". Pero este sentimiento nos estanca como personas, y también como país.
En el año 2005 tuve la oportunidad de escuchar en directo a Jeremy Rifkin en el IT Forum de París, con ocasión de la reciente publicación de su libro "El Sueño Europeo". En el turno de preguntas Rifkin dijo algo que me llamó mucho la atención (y que naturalmente no puedo reproducir literalmente): "Si los europeos son capaces de asumir más riesgo, como ya hacen los norteamericanos, gracias a su escala de valores estarán mucho mejor posicionados para adaptarse al mundo global". Pero la realidad es otra, y para muestra un botón:
El programa "Comando Actualidad" de RTVE dedicó su espacio del pasado día 7 de septiembre a la actividad exportadora de pequeñas empresas, como parte de su estrategia de diversificación ante la grave crisis de consumo que tenemos en España. Una de estas empresas familiares, ubicada en un pequeño pueblo de Madrid llamado Tielmes, se dedica a la fabricación de dientes artificiales, y exporta a 60 países (en el vídeo, vaya al minuto 47:45). Hasta aquí, todo razonablemente normal. No voy a hablar de la capacidad para emprender e innovar de la familia propietaria del negocio, excelentes, en mi humilde opinión. El detalle que me llamó la atención fue otro.
Como es habitual en el programa, durante la visita a la empresa el reportero entrevistó a varias de las personas que están trabajando allí. Reproduzco dos momentos de la entrevista, el primero con la responsable de exportaciones de la empresa, hija del fundador:
- "¿Y si en esta empresa no se exportara?"
- "Pues seguramente todos nosotros estaríamos siendo miembros del paro".
Y el segundo, con una de las empleadas: una mujer que se dedica a clasificar manualmente los dientes por colores, tamaños, etc.
- "¿Son muchos años de práctica?"
- "Sí, 22."
- "¿Haciendo esto?"
- "Sí."
- "Que uno pueda decir que lleva 22 años en el mismo puesto, hoy en día, es un lujo..."
- "Pues sí, realmente sí. Y yo soy de las que menos llevo."
Algo se revolvió en mi interior, tanto que no he dejado de recordar esta conversación hasta hoy. No conozco muy bien el negocio de los fabricantes de dientes, pero se me antoja que la experiencia de clasificar dientes durante 22 años vale casi exclusivamente para eso, clasificar dientes. Me preguntaba qué habría respondido la empleada si le hubieran hecho una pregunta equivalente a la que le habían realizado a la propietaria:
- "¿Y si esta empresa se acaba?"
Las respuestas a esta pregunta pueden ser muchas y variadas, desde un escueto "No sé" hasta un hipotético "Me dedicaría a gestionar mi fortuna oculta"; dejo a cada lector la elección de la alternativa más probable. Pero lo que realmente me descuadró fue el comentario del periodista:
- "Que uno pueda decir que lleva 22 años en el mismo puesto, hoy en día, es UN LUJO."
Mientras la gente, el común de los mortales, la CALLE... no entienda que mantenerse en el mismo puesto de trabajo (sobre todo en un puesto de trabajo tan especial) durante 22 años no es un lujo sino más bien lo contrario, por más iniciativas para ayudar a emprendedores, por más organismos que se creen para fomentar la innovación, por más presupuestos que dediquemos... seguiremos estancados. Recordé a Emilio Duró durante su reciente conferencia en el Club Diario de Mallorca: "hay gente que sacó una oposición hace veinte años y cree que no necesita volver a estudiar". Houston, tenemos un problema.
La competencia por el trabajo ya es muy grande y de aquí a nada - con la incorporación de los trabajadores de las economías emergentes al mercado global - será feroz; y resultará imprescindible minimizar la dependencia de terceros para encontrar empleo. El verdadero lujo no es el empleo, es la empleabilidad, y el emprendedor no sólo la tiene toda sino que además genera puestos de trabajo. Ahora que la sostenibilidad del sistema despierta dudas, tenemos que incorporar en la vida diaria la capacidad de emprender como asignatura, la voluntad de emprender como valor, y el éxito de emprender como estatus. Apreciar y fomentar de verdad el espíritu emprendedor puede protegernos mucho mejor de esta crisis que no sabemos cuánto durará.
Por esta razón desde NewMahwah apoyamos la magnífica iniciativa que Ana María Llopis (@anamariallopis en Twitter), que de esto de emprender sabe "algo", ha lanzado en Actuable para pedir a los partidos políticos que incorporen en sus programas electorales que los ciudadanos podamos dedicar el 0,7% del impuesto sobre la renta específicamente al fomento del emprendimiento, rellenando una casilla como ya hacemos para destinar fondos a la Iglesia Católica o las ONG. La iniciativa busca el beneficio de todos pero respeta la decisión individual de cada ciudadano, por lo que invitamos a nuestros lectores a sumarse también:
Buen post Jaime.
ResponderEliminarYo no veo tanto un problema que alguien esté 22 años haciendo lo mismo, porque no todos tenemos las mismas motivaciones en un puesto de trabajo. En Japón esto un valor mientras que en EEUU es signo de inmovilismo.
Lo importante, desde mi punto de vista, es trabajar tu propia empleabilidad, haciendo lo mismo o no.
Un saludo y gracias
@joaquin_garcia2
@Joaquín,
ResponderEliminarSí, claro, tienes razón. Pero creo que muy pocas personas tienen voluntad para aceptar que la posibilidad de encontrar otro empleo depende en una medida enorme de ellos mismos y que esa labor hay que seguirla cultivando también cuando se tiene trabajo.
Este caso me pareció ilustrativo por el alto grado de especialización de un puesto cuyas habilidades presumo difíciles de aplicar para otros trabajos, y por tanto limitante. Que en este caso concreto se identifique la permanencia como un lujo, sin más reflexión, me dejó desconcertado.
Muchas gracias por tu comentario y un fuerte abrazo,
Jaime